La etapa que nos trae desde El Real de la Jara no nos está dejando indiferentes. Para todo aquel que sea amante de los paisajes naturales, caminar por este terreno adehesado y de baja exigencia es un regalo. Máxime si entre las Joyas naturales de Monesterio en el Camino de la Plata te regalan visiones como las del Castillo de Las Torres.

Es una fortaleza situada a escasos 50 metros del camino, y que según fuentes históricas, tenía la finalidad de controlar la Vía de La Plata y dar seguridad a sus caminantes, así como regular el tráfico trashumante. Su estampa, detrás de un arroyuelo y elevado en un pequeño alcor, con reses pastando a su alrededor, es una de las imágenes más idílicas de lo que llevamos de camino.

Monesterio se enclava en las faldas de la Sierra de Tentudía, en un lugar amable y recogido entre cotas y el terreno llano. Nos vamos acercando a su caserío rodeados por bajos cercados de piedra que sirven para guardar el ganado, ovejas y cerdos. Monesterio es tierra de jamón y productos del cerdo ibérico, que aquí es casi religión, y así lo demuestra una consolidada industria cárnica e incluso una rotonda dedicada a este producto.

Destaca la bóveda de crucería y el retablo del altar mayor, así como la torre cuadrangular rematada con arcos de medio punto, donde se aloja el campanario. Se ubica en una amplia plaza, de nombre explícito y apropiado, Plaza del Pueblo…allí ocurren los acontecimientos importantes y concurren sus vecinos a celebrarlos.

En este entorno popular, a escasos metros de esta iglesia, nos encontramos con el Centro de Interpretación de la Vía de la Plata. Le dedicamos una visita. Se encargan aquí de informar al turista o peregrino interesado en este recorrido acerca del patrimonio cultural de la región, así como de la historia del trazado y su influencia sobre los pueblos extremeños situados en sus inmediaciones. Se presenta en dos plantas con una propuesta expositiva clara y útil. Es un buen punto de partida para tener una visión más general del camino.

Al salir damos un tranquilo paseo por la calle Templarios, una calle peatonal llena de comercios y bares donde poder probar las viandas locales y, por supuesto, su magnífico jamón. La calle se llena de veladores y paseantes y es un sitio inmejorable para poder tomar el verdadero pulso al pueblo.

Con energías renovadas salimos salimos de Monesterio dejando atrás sus Joyas y seguimos por el Camino de la Plata siguiendo la N-630 hasta llegar al campo de futbol municipal dónde seguimos un camino asfaltado en su primer tramo que sale a la izquierda y que desciende entre higueras y olivos hasta el curso del arroyo de la Dehesa, cuyo curso iremos siguiendo por una pista de tierra que se va adentrando en la dehesa de encinas. Miraremos por última vez hacía atrás hacía el perfil de este pueblo extremeño fijando en nuestra memoria los lugares recorridos.