fbpx
a

Lorem ipsum dolor sit amet, consectetuer adipiscing elit. Aenean commodo ligula eget dolor. Aenean massa cum sociis Theme natoque.

Latest Posts

1-677-124-44227
184 Main Collins Street West Victoria 807
info@yoursite.com

Las Joyas de la Plata: El Cubo de Tierra del Vino

El Cubo de la Tierra del Vino, un puente entre provincias.

Comienza una de las largas etapas que nos llevarán hasta tierras zamoranas. Ha amanecido un día con lluvia y ventoso. Cómo siempre ocurre con el tiempo, existe controversia. Para mi, un bien día por estas tierras es un día cómo hoy, nublado y fresco. Creo que el sol intenso desgasta y hace más difícil el camino, el movimiento. Con estos ingredientes me acerco hasta Calzada de Valdunciel, en la salmantina comarca de Armuña.

 

Se trata de paisajes de horizontes anchos y extensos campos de cereal. La huella peregrina de este pueblo se hace notar desde las primeras pisadas. Entramos desde el sur por unas calles amplias y las flechas dirigiendo nuestros pasos.

Lo primero que llama nuestra atención es la iglesia de Santa Elena, en la plaza del pueblo. Como ocurre en la mayoría de estos lugares, la iglesia ocupa lugar destacado y su torre nos sirve de faro. Mires desde dónde mires asoma su chato campanario. Atravesamos la plaza, siempre hacía el norte. Poca gente, agua, frío….la tarde no acompaña. No vemos a nadie.

 

Ya en la salida tenemos otro encuentro, pero sigue sin ser humano. Justo en el punto en el que el Camino de Santiago abandona el casco urbano se puede contemplar una hilera de grandes piedras, que fueron utilizadas como pontones para cruzar el arroyo próximo. La mayoría de ellas han sido identificadas como fragmentos sin epigrafía de miliarios romanos. La huella histórica siempre nos acompaña en la Vía de la Plata.

Nuestro siguiente destino es el Cubo de Tierra del Vino, pueblo con el que cambiaremos de provincia y entraremos en Zamora. Es una etapa larga que avanza en paralelo a la carretera nacional y la autovía.

El Cubo del Vino será nuestro lugar de descanso después de una dura etapa. Allí, conocemos por fin a Filiberto Hernández, el dueño peregrino del Albergue Torre del Sabre. ‘Berto’ se ofrece a ser nuestro cicerone y descubrimos los secretos de su pueblo.

Con las nubes y la lluvia aún sobre nuestras cabezas paseamos por la antigua estación, un coqueto edificio afortunadamente aún en pie. El lugar nos habla de un pasado en que las condiciones de vida, la riqueza y la sociología del pueblo eran diferentes. El Cubo sufre cómo tantos otros esa pandemia de despoblación que afecta a muchas zonas del interior de la península.

 

Nuestro guía nos cuenta con cierta nostalgia cómo fueron otros tiempos en el pueblo, pero no abandona la ilusión de seguir mirando al futuro desde allí, desde su tierra. Con esa charla llegamos a un paraje que sorprende.

 

A las afueras del pueblo, en una loma achatada, Filiberto me muestra las bodegas tradicionales, unas construcciones subterráneas con pórticos exteriores. La loma es ahora una suerte de queso gruyere, horadada por las distintas bodegas. Algunas son antiquísimas, y actualmente se emplean para uso privado de sus vecinos, para la fabricación y conservación del vino o para reuniones familiares. La vinculación de este territorio con el vino es sin duda una de sus señas de identidad. Nuestro anfitrión disfruta orgulloso de poder mostrar este legado.

 

Se ofrece además a acompañarnos a la salida del pueblo para continuar nuestro camino, dónde visitamos fugazmente su humilde iglesia y un crucero. En los restos del antigua lavadero junto al arroyo, en otros tiempos lugar de encuentro e intercambio, estrechamos nuestras manos. Personas como Filiberto son también camino, conforman la geografía humana de esta peregrinación llena de encuentros fugaces pero enriquecido.

Descubre otras Joyas de la Plata

Deja un comentario