El misterio envuelve de intriga el templo religioso sevillano, que aguarda una gran cantidad de secretos, algunos con una trayectoria milenaria. Su historia de más de cinco siglos nos narra algunos de ellos. ¡Vamos a descubrirlos!

En los orígenes de la Vía de la Plata, el Camino nos lleva a conocer uno de los enclaves más importantes de nuestra historia. Un punto de unión entre cultura y religión. Un espacio en el que el pasado convive con el presente. Este lugar no podía ser otro que la Catedral de Sevilla, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. 

El templo religioso destaca por todo su patrimonio. El estilo gótico tardío es el principal dominante de su arte. Tal es así que es considerada la catedral gótica más grande del mundo. Sus enormes dimensiones y su riguroso diseño dan prueba de ello. El renacentista, el barroco y el almohade hacen ciertos guiños en la edificación. 

La historia de la Catedral se remonta allá por el siglo XVI. Su legado de más de cinco siglos envuelve de intriga al templo religioso. Cada rincón esconde un misterio relacionado con algún episodio de la historia. Hoy te descubrimos alguno de los enigmas que esconde el templo gótico más grande del mundo. 

• Las nueve puertas de entrada 

La Catedral de Sevilla te da acceso por nueve puertas. Da igual en el lateral que te encuentres, que siempre tendrás alguna entrada al templo religioso. La puerta del Perdón, la de la Asunción, la de San Cristóbal o la de los Palos son los nombres más sonados.

Otras puertas del templo menos conocidas son la Puerta del Bautismo, la de San Miguel, la Colorada, de Campanillas o del Lagarto. Algunas de ellas esconden misterios con una historia legendaria. 

• La faceta masona del templo religioso 

La Catedral nunca hubiera surgido sin el proyecto del arquitecto Lorenzo Mercandante de Bretaña. El artífice quiso dejar su huella en su obra para la inmensidad. Lo que nunca se hubiera imaginado fue la forma de hacerlo. En relación con su faceta masona, Mercandante incorporó en la puerta de San Miguel, también conocida como puerta del Nacimiento, aparece una pastora regalando al Niño Jesús lo que sería la piedra filosofal.

• Las cadenas de las puertas 

El templo religioso está rodeado de una gran cantidad de cadenas de hierro sujetas entre columnas de piedra. Lejos de embellecer sus inmediaciones, fueron impuestas para separar los dos tipos de jurisdicción existentes en el momento. De las cadenas para dentro imperaba la de tipo eclasiatico, ateniéndose al derecho al asilo, mientras que fuera era la civil. 

También existe la teoría de que servían para evitar que los mercaderes entrarán con los caballos en los días de lluvia. Esta idea se hizo patente con el auge que vivió la ciudad durante el siglo XVI. 

• Las inscripciones de la fachada 

El lateral de la calle de los Alemanes, y también en la Avenida de la Constitución, están decoradas con unas inscripciones de color rojizo. Su nombre técnico es el de vítores y servían para reconocer la consecución de un doctorado o para conmemorar alguna celebración. 

• El cocodrilo del Nilo 

En la puerta del Lagarto está el regalo que el Sultán Egicio hizo al rey Alfonso X por pedir la mano de su hija Doña Berenguela, un cocodrilo del Nilo. Aunque el monarca rechazó el compromiso, nunca devolvió los regalos. Cuando el animal murió, fue disecado y se colocó en la puerta de la catedral. 

Como curiosidad, otro de sus regalos fueron una jirafa y un colmillo de un elefante. Sin embargo, la recompensa por parte del Sultán no fue necesaria para la princesa Berenguela, quién rechazo el compromiso. 

Estos son algunos de los secretos que la Catedral de Sevilla esconde. El misterio y la intriga envuelven el templo religioso, creando un clima que hace único al templo religioso. Si quieres descubrir su magia, visítala. 

¿Conocías alguno de estos secretos?