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Un camino por los oficios tradicionales de La Plata

Las cuatro comunidades plateras nos invitan a hacer un Camino por su pasado laboral, para conocer los oficios más populares y tradicionales de la zona. Algunos han conseguido mantener su actividad en la actualidad 

Los casi mil kilómetros de La Plata más que ser una traba, son todo una oportunidad. No hay mejor forma de descubrir nuestra tierra que a través de ella, disfrutándola desde todas las perspectivas que ofrece. De todas ellas, la cultura es la gran protagonista del Camino, presente en cada paso, en cada kilómetro. Por su influencia, relación o valor, es la gran joya platera. 

 

Una de las facetas culturales más desconocidas, aunque no menos importante, está relacionada con su faceta laboral. La Plata ha sido testigo de su gran evolución profesional a lo largo de la historia. Las comunidades plateras mantienen cierta presencia o recuerdos de lo que fueron en un pasado. A través de ellos, emprendemos un camino por los oficios tradicionales de La Plata. ¿Nos acompañas?

Punto de partida: Sevilla 

En la capital hispalense comenzará nuestra ruta. Recorriendo las estrechas calles de su Casco Histórico, descubriremos algunos de los oficios más antiguos de la ciudad. Los médicos, boticarios, comerciantes o prestamistas rendían libertad,  en la Judería sevillana, a su faceta profesional. 

La artesanía es otra de sus grandes facetas profesionales. La alfarería, la cerámica o la forja son los palos más tocados. Un claro ejemplo de ello, lo encontramos con la famosa La Cartuja de Sevilla. Lo que comenzó siendo un pequeño taller de cerámica regentado por la familia inglesa Pickman, se ha convertido en unas de las empresas con gran reputación encargada de la producción y venta de vajillas a nivel mundial. 

 

No podemos dejar la provincia sevillana sin antes conocer la artesanía de sus pueblos. Mientras que Salteras era famosa por la confección de sombreros, en Osuna destacaban los talleres de piel, en Lora del Río la confección de mosaicos y en Castilleja de la Cuesta la artesanía de alfombras. 

 

Primera parada: Extremadura 

La Historia extremeña está vinculada con la de la artesanía. La cerería fue uno de los gremios más importantes de la comunidad. Los cerezos -como se les conocía a los profesionales de esta artesanía- eran los encargados de elaborar todo tipo de productos con cera. Las velas eran sus productos estrellas y la Semana Santa era el momento de más demanda. Hoy en día, esta artesanía se sigue desarrollando en algunos talleres de Hornachos, Las Mestas o Gata. 

 

La cantería gozó de un gran auge en Extremadura durante la Edad Media. Este gremio era el encargado de la elaboración de productos a base de piedra, granito o mármol. Mediante técnicas de lo más laboriosas, los canteros consiguieron reproducir verdaderas joyas, como escudos, tallas artísticas o arte funerario, entre otros. En la actualidad, la cantería extremeña posee una gran fama gracias a la labor de los profesionales. 

 

Otros de los oficios que tuvieron una gran relevancia en la comunidad fueron los relacionados con los gremios del cuero y la piel, el metal y la forja, los jabones y perfumes, el papel y la encuadernación y la cestería, entre otros. Muchos de ellos han conseguido pervivir al paso del tiempo, manteniendo su actividad en pleno siglo XXI. 

Segunda parada: Castilla y León 

En la comunidad castellanoleonesa, encontramos una gran variedad de oficios tradicionales. Desde los inusuales cocheros, guarnicioneros o repartidores de periódicos, hasta los telegrafistas, telefonistas o boticarios. Los herreros, los mineros o los canteros, entre otros, también forman parte de su historia. 

Como en el resto de comunidades del Camino, la artesanía es una de las grandes protagonistas de su pasada faceta profesional. Algunos de los gremios que contaron con una gran reputación en Castilla y León fueron los carpinteros o los imagineros. A base de madera, rendían libertad a su creatividad, produciendo importantes tallas que han pasado a la historia como verdaderas joyas de arte. Muchos de los talleres que comenzaron su actividad en la Edad Media, aún la mantienen, y todo gracias al gran trabajo de sus profesionales. 

 

Tampoco podemos dejar escapar los talleres encargados de los grabados o las romanas. Con una demanda mucho más baja que en el paso, algunos han conseguido mantener su actividad en la actualidad. 

 

Final del viaje: Galicia 

El mar y la música serán los encargados de poner el broche final a nuestro viaje. Los oficios tradicionales gallegos estaban relacionados con su costa, como son los mariscadores, los pescadores y los percebeiros y los bateeiros. Los redeiras, encargados de la elaboración de las redes de pesca, también se incluyen en la lista de profesiones tradicionales de Galicia, aunque estos desde otra perspectiva. 

 

Pero no todo lo relacionado con los oficios populares gallegos se dan en el agua. Los gremios de los panadeiros, afiladores o los canteiros contaron con un gran trabajo en su pasado. Los toneleiros, destinados a la fabricación de cubas y toneles para almacenar el vino, las tecedoras y palilleiras en la parte téxtil, y los alfareiros en los mercados ambulantes aportaron su granito de arena a la economía gallega del momento, perviviendo muchos en la actualidad. 

 

Estos oficios tradicionales aparecen retratados en los cánticos populares gallegos. Gracias a los gaiteiros, en Galicia siguen sonando las gaitas. De su mano, al son de su instrumento, nos despedimos del camino con este cántico popular.

Si te casas con el gaitero, estarás feliz,

amada mía, joven gaviota.

Podrás ir a todas las ferias

y no te levantarás a medianoche;

tendrás dinero y piezas de oro,

¡cuánto mejor estarás conmigo

y la música de mi gaita,

amada mía, joven gaviota!

 

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