Recorrer la vía de la Plata es conocer gran parte de España desde todas sus facetas.

Allá por la época del Imperio Romano, cuando la Península Ibérica era conocida como Hispania y no había distinciones entre naciones, los romanos contaron con una vía que conectaba el sur con el norte. Desde Augusta Emérita hasta Astorga, se extendía la calzada romana más importante, el Camino de la Plata.

Con una historia milenaria, la vía cumplió en sus orígenes una función comercial al conectar las principales urbes del lugar. Con el paso del tiempo, fue adquiriendo otros cumplimientos, además de incorporar nuevos tramos. Así, el Camino cuenta con una trayectoria de 900 kilómetros, distribuido en 37 etapas. De sur a norte, atravesaremos toda la Península Ibérica, pudiendo conocer las miles de joyas que aguarda en su paso por las provincias de Sevilla, Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora y León.

Sin embargo, el Camino de la Plata no está solo. Se encuentra conectado, a su vez, con otros más que multiplican sus comunicaciones. Desde las partes más importantes del recorrido, se une con otras rutas, como son Los Caminos Mozárabes, la Vía Augusta, el Camino Sur de Huelva, el Camino Sanabrés o el Camino Francés. Puede que el último sea el más sonado por su mayor vinculación con el Camino de Santiago, aunque todos están conectados con la ciudad jacobea.

Caminos Mozárabes

Formados por un conjunto de rutas que llevan desde el sur hasta el centro peninsular. Fueron muy importantes en la Edad Media, en especial durante el Califato Musulmán, al unir los principales puertos marítimos con las ciudades más importantes. Casi todo su recorrido se extiende por Andalucía, atravesando Málaga, Granada, Jaén, Córdoba y Almería. Llegan hasta Extremadura, en concreto hasta Mérida. Desde la capital extremeña, enlaza con el Camino de la Plata, con destino norte.

Vía Augusta

Desde Sevilla hasta Cádiz, el Camino de la Plata conecta con la Vía Augusta. Con un recorrido de 1500 kilómetros, se extiende por toda la parte sur y este del país. La capital gaditana es su punto de origen, mientras que la cordillera montañosa de Los Pirineos son los encargados de poner fin a la ruta. La Vía Augusta puede ser considera una de las más transitadas debido a su largo recorrido. Además, su historia milenaria ha hecho que haya sido objeto de estudio de numerosas investigaciones.

Camino del Sur desde Huelva

Partiendo de la capital onubense, nace el Camino del Sur desde Huelva. El punto de inicio se marca en la Parroquia de Santiago Apóstol de la ciudad andaluza, que continua por toda la provincia de sur a norte, hasta adentrase en Extremadura por Fuente de Cantos. Su longitud se extiende por 170 kilómetros, distribuidos en 18 etapas. Finaliza en Zafra donde se une con el Camino de la Plata.

Camino Sanabrés

Tal y como su nombre indica, el Camino Sanabrés, también conocido como el Camino Gallego del Sur, fija su recorrido por la comarca zamorana de Sanabria. Con una longitud más allá de los 400 kilómetros, divididos en 13 etapas, la ruta se inicia en la localidad de Granja de Moreruela para finalizar en la ciudad compostelana. En sus orígenes, surgió como una alternativa al Camino de la Plata pero con un recorrido mucho más corto.

Camino Francés

Más próximo a Santiago, siendo uno de los más conocidos, encontramos el Camino Francés. A lo largo de 750 kilómetros, conecta Navarra con la capital gallega. En sus 34 etapas, la vía atraviesa numerosos paisajes de la geografía española pertenecientes a las provincias de Navarra, La Rioja, Burgos, Palencia, León, Lugo y A Coruña.

Aunque pensemos que el Camino de la Plata solo lleva hasta Santiago de Compostela, la realidad es que puede transportar hasta cualquier punto de la Península Ibérica. Si algo tiene que envidiar, a parte del gran patrimonio que lo envuelve, es sus maravillosas comunicaciones por todos los puntos del país.

¿Qué camino escoges? ¿Cuál es tu experiencia peregrinando por alguno de ellos? ¡Santiago es el destino!