El gran misterio de las Conchas de Vieira

El Camino de la Plata es todo un tesoro histórico, natural y arqueológico. En sus 983 kilómetros de recorrido, atravesados por la Península Ibérica, descubrimos una gran cantidad de misterios con una larga historia milenaria. Hasta en los elementos más simples, se esconden una gran cantidad de detalles ocultos. La única forma de descubrirlos es recorriendo cada uno de sus kilómetros, convirtiéndote en peregrino y  disfrutando de la gran experiencia. 

Todos ellos suponen un gran misterio que el peregrino desea conocer durante su camino. De entre todos ellos, el que más evocación provoca corresponde con la gran figura simbólica. En concreto, nos referimos a la famosa Concha de Vieira, todo un símbolo de guía, ubicada en todos los rincones del camino con un origen un tanto incierto. 

Cuentan las leyendas que en el traslado del cuerpo del Apóstol Santiago desde Jerusalén a Galicia, a la altura de las Islas Cíes estaba teniendo lugar una boda con un juego de lo más peculiar. Consistía en lanzar en el aire una especie de lanza que el jugador debía coger cabalgando a caballo lo más pronto posible.

En el turno del novio, la lanza cayó al mar, lo que provocó la alteración del caballo, desbocándose e hundiéndose en el agua. Acto seguido, ocurrió el milagro: jinete y caballo aparecieron sanos y salvos al lado de la barca de los peregrinos, cubierto el novio de conchas. Ante lo ocurrido, tanto el novio como todos los presentes decidieron convertirse al cristianismo. 

Otras historias sitúan su origen en una intención de distinción. La concha de vieira se les otorgaba a aquellos peregrinos que volvían a sus casas una vez que habían hecho el camino y habían visitado el sepulcro del Apóstol, ya que antiguamente la peregrinación consistía en un viaje de ida y vuelta a casa. 

Existen tantas teorías como conchas de vieiras en Santiago de Compostela. Sea cual sea su origen, en la actualidad se ha convertido en todo un signo representativo presente en todos los kilómetros del camino. Desde Sevilla hasta Santiago de Compostela, la única señal que deben seguir los peregrinos es la de la famosa Concha de Viera.

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