A menudo, cuando pensamos en “peregrino” se nos viene a la mente “caminante”. Pero el Camino de la Plata nos ofrece un abanico de posibilidades sobre cómo recorrerla.

Peregrinar hasta Santiago a caballo es una tradición que se sostiene desde la Edad Media, cuando ya algunos peregrinos decidieron realizar el camino de una forma algo peculiar. Es quizás, la más antigua, y sin duda muy especial.

La Vía de la Plata es una ruta excepcional para recorrerla a caballo. De hecho, uno de sus tramos ha sido el primero en ser reconocido como Itinerario Ecuestre Xacobeo, por la Real Federación de Hípica Española.

Hoy, tenemos la suerte de contar con testimonios reales de peregrinos que han peregrinado el Camino de la Plata a caballo.

Filiberto Hernández Pablos (en la foto), presidente de la Asociación de los Caminos de la Vía de la Plata, amante de los caballos, centinela y peregrino del Camino de la Plata. Autor de la guía ecuestre de la Vía de la Plata.

En 2014 hice el Camino, en 2013 comencé a prepararlo. Hablé con todo el mundo para saber dónde dejar el caballo y cómo estaba la señalización. 

La Vía de la Plata es la ruta por excelencia para hacerla a caballo. La experiencia es maravillosa. Única. Muy diferente. Quizás hay un concepto de lo que es la vía de la plata andando, pero a caballo, la vía de la plata es especial porque vienes viviendo con gente a caballo prácticamente todo el camino. Me pareció una aventura espectacular.

A la pregunta ¿el invierno es buena época para peregrinar? Filiberto nos cuenta que tuvo la oportunidad de hacer el camino en noviembre y diciembre: los inviernos de ahora no son como los de antes, estuve desde el 13 de noviembre hasta 16 diciembre y solo me llovió un día. Los colores que te da esta época, el olor a aceituna, son recuerdos que tengo grabados y que no te da otra época.

Toni, de Gerona, pertenece a la asociación de cowboys de la sierra y es aficionado de los viajes a caballo.

Uno de los primeros viajes a caballo que hice de una cierta duración fue en 2014 con dos caballos españoles. Hice el Camino de la Plata a caballo prácticamente completa, desde Monesterio hasta Santiago, en el mes de febrero. Viajé solo y en autonomía. Iba con dos caballos jóvenes de 4 años y los iba turnando, uno hacía de carga y los iba cambiando. Últimamente viajo con 3 caballos, 1 caballo y 2 mulas. 

Además de esta peregrinación a caballo, he hecho el Camino Mozárabe desde Córdoba a Mérida y uniendo en Mérida con la Vía de la Plata hasta Santiago; El Rocío-Monesterio-Santiago; el Camino Sanabrés y el Francés. Todos a caballo. 

Diría que el caballo nos hace fuertes, libres y nómadas. Es una sensación única hacer el Camino de la Plata a caballo. 

El Camino de la Plata nos aporta valores culturales, patrimoniales, tradicionales, y unas gentes que te paran en el camino para saber si necesitas ayuda y te abren las puertas de sus casas. Además de un entorno natural muy especial. Atraviesas 4 Comunidades Autónomas y 4 regiones con multitud de comarcas con gran diversidad de paisajes, fauna y flora que lo hace interesantísimo. Ir a caballo es un catalizador entre nosotros y la naturaleza, él a través de sus extremidades nos conecta con el mundo natural. Es una oportunidad para conocer el patrimonio natural y humano con una gran intensidad.

Fernando Parias de Sevilla (en las fotos), amante de los caballos y peregrino a caballo desde Sevilla a Santiago por la Vía de la Plata.

Siempre se ha dicho que hay que hacer tres cosas en la vida para que una persona alcance verdaderamente su plenitud de madurez, plantar un árbol, tener un hijo y escribir un libro, pues bien, yo añadiría una cuarta cosa desde el punto de vista de un apasionado de los caballos, que es domar un potro. Domar un caballo por la paz, siguiendo las pautas de la “doma natural”, con comunicación, gestos y caricias, sin utensilios violentos de sometimiento, es un síntoma de serenidad, paciencia, constancia, madurez y entendimiento del lenguaje equino.

Mi inquietud de recorrer los 1000 Km que hay desde Sevilla hasta Santiago de Compostela nace al contemplar tantas veces en casa de mi abuelo Fernando Parias Calvo de León sus fotos de sus dos Peregrinaciones a Santiago. Además, este espíritu de “long rider” se me acentúa al leer el libro del suizo afincado en Argentina, Aimé Tschiffely, quien en 1929 recorrió 10.000 millas entre Buenos Aires y Nueva York con dos caballos criollos de nombre Mancha y Gato, convirtiéndose en el gran inspirador de generaciones de “exploradores ecuestres” hasta nuestros días.

Antes de empezar mi Camino de Santiago yo ya había recorrido más de 3.000 Km de caminos y veredas en múltiples rutas a caballo por las diferentes sierras y campiñas del Sur de España, con lo que la experiencia ya la tenía, el equipo adecuado que es uno de los detalles difíciles de ajustar.

En 2014 nos animamos a seguir con la tradición familiar y comenzamos nuestra peregrinación a caballo desde Sevilla a Santiago Compostela. Éramos dos y recorrimos un total de 29 etapas y 1.051km. Fue una experiencia maravillosa. España tiene una gran riqueza patrimonial, cultural y paisajística que gracias a la peregrinación a caballo conoces y vives aún más. Una experiencia muy recomendable.

Javier Bermejo, de Casar de Cáceres, veterinario , ganadero, aficionado al caballo y al camino de Santiago.

Al estar en la Vía de la Plata veía a tantos peregrinos pasar que percibía la vía de la plata como una aventura, como un reto. Hice la peregrinación a caballo desde Casar de Cáceres hasta Santiago. Fuimos 4 caballos, 3 jinetes y uno de reata. Mi hijo de 11 años en se cansó al llegar a Salamanca, propio de la edad, y desde ahí continuamos los demás. Lo llevábamos todo organizado. Teníamos planificado 35km, 20km o 40km dependiendo de la zona y del recorrido. 

Fue una experiencia maravillosa. En el camino te ayuda todo el mundo. A día de hoy, tengo una amistad en Italia gracias al Camino. La amistad nace en el momento, nace por estar las 24h haciendo el Camino de Santiago y estoy seguro de que durará toda la vida.

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