Empezó como caminante y acabó como peregrino

Miles de peregrinos recorren cada año alguna ruta en dirección a Santiago de Compostela. Hay quienes realizan el camino solo o con la compañía de amigos o familia. A su vez, muchos se sienten atraídos para hacer el camino por la aventura, vivir una experiencia nueva o conocer sitios nuevos.

El Camino de Santiago ha sido esencialmente conservado por su espiritualidad, el peregrino puede conseguir sentir ese valor siendo o no creyente. Vivir la experiencia puede cambiar la vida de muchas personas, o como mínimo, el concepto de hacer el camino.

A medida que los peregrinos avanzan hacia el destino experimentan una transformación espiritual, y miles de personas deciden cambiar sus vidas tras hacer el camino, repetir la ruta varias veces o decidir cuales son sus prioridades en la vida. Se trata más de un Camino Interior que físico.

El camino te cambia, no vuelves siendo la misma persona

Muchas familias deciden comenzar la ruta juntos, bien por encontrar todos juntos esa espiritualidad o por querer cambiar sus vidas y estar más unidos. Se produce un recorrido personal lleno de reflexiones y pensamientos, que bien pueden ser compartidos durante los largos kilómetros de caminata o se quedan en el interior de cada persona. 

El día a día de muchas familias suele ser muy ajetreado y los absorbe al completo; rutinas, horarios diferentes, tareas, obligaciones… todo compartiendo escasas horas unos con otros. Una reflexión interna sobre el conjunto familia y la vida sólo es posible en la desconexión total de la rutina. Durante el Camino de Santiago se descubre la sencillez de las cosas, los pequeños momentos como placeres para un día duro lleno de kilómetros. Una conexión que favorece el desarrollo personal.

Mejorar las relaciones

Decidir salir a completar una larga ruta, con el mínimo equipaje y la única distracción del entorno y la familia, sin duda es una opción inigualable para sanar las relaciones familiares. Ya sea pasar más tiempo con tus hijos o tu pareja, buscar una experiencia divertida que puedas compartir con todos o llenar todo un cuaderno de anécdotas; el Camino de Santiago os espera.

¿Qué planes se pueden hacer en familia?

Lo más probable es que tus hijos desconozcan casi todo el itinerario cultural europeo. El Camino les suena a caminar durante horas sin más. Que lo es, aunque no es en absoluto aburrido. Caminar entre bosques, poniendo toda la atención en la naturaleza y en los pequeños pueblos que se conocen es todo un regalo. 

No hay un plan concreto que se salga del camino. Durante la ruta se encuentran albergues, zonas de descanso, peregrinos de todas las edades… eso, y la compañía de todos vosotros, no se necesita nada más para vivir una gran experiencia. Tan solo pensar salir unos días con lo familia sin la compañía de tablets, consolas, el ruido de la televisión y llamadas del trabajo, miles de familias aceptarían de inmediato. 

A la hora de proponer hacer el Camino de Santiago proponles que será la mayor aventura que haréis en familia.