Son muchas las leyendas que se esconden tras el apóstol y, lo mejor para descubrirlas, es realizando el Camino de Santiago por las rutas Jacobeas.

Todos conocemos el Camino de Santiago, sus diferentes rutas, los beneficios que nos aporta como peregrino, y sabemos que se trata de una experiencia única. 

Sin embargo, no siempre dedicamos el tiempo suficiente a hablar de Santiago Apóstol. Y, es sin duda, indispensable. La vida del apóstol está fuertemente ligada a la historia de Santiago de Compostela y a la historia del Camino de Santiago. 

Es por esto que al conocer la historia de Santiago Apóstol entenderemos la importancia, el esplendor y la fama de la ruta de peregrinación Jacobea. 

¿Quién fue Santiago Apóstol?

Santiago de Zebedeo o Santiago el Mayor fue uno de los primeros discípulos en derramar su sangre y morir por Jesús. Fue hijo de Zebedeo y Salomé; trabajó como pescador junto a su hermano Juan, su padre y su amigo Simón. 

Según el evangelio, tanto Santiago como Juan, fueron uno de los primeros apóstoles escogidos por Jesús cuando se encontraban pescando en Galilea. Desde ese momento, pasaron a formar parte del grupo de los 12 apóstoles, estando presente en muchos de los milagros que Jesús realizó a lo largo de su vida. Según la Biblia, ambos hermanos fueron apodados como “los hijos del trueno” debido a su carácter decidido.

El viaje a Compostela

Tras la muerte de Cristo, Santiago formó parte del grupo inicial de la Iglesia primitiva de Jerusalén y, en su labor evangelizadora, se le adjudicó el territorio peninsular español. Tras el pentecostés, en el año 33 d.C., Santiago fue enviado a Hispania, actual territorio de España y Portugal, con la misión de difundir y promover el evangelio. 

Aunque no se sabe con exactitud cómo fue su llegada, algunos indican que lo hizo atravesando el Estrecho de Gibraltar, bordeando el sur de España y bordeando las costas portuguesas llegando finalmente a Galicia.

Otros relatos de la historia establecen que bordeó el valle del Ebro y la Cordillera Cantábrica para terminar llegando a lo que hoy es La Coruña. Una tercera versión dice que su llegada fue a Cartagena, y que desde ahí partió rumbo al norte. En cualquier caso, el apóstol cumplió con su deber haciendo discípulos en su travesía y predicando el evangelio. 

En su travesía decidió orar a orillas del río Ebro junto a sus discípulos. Según los testamentos, es ahí cuando aparece la Vírgen María para encomendar una tarea. La labor fue construir una iglesia en su nombre, dejando un pilar de jaspe como prueba de su visita. Santiago, junto a sus discípulos, construyeron la primera iglesia de adobe. Actualmente, ese lugar lo ocupa la Basílica del Pilar. 

El milagro

Tras reclutar a los siete varones apostólicos, el apóstol Santiago regresó a Jerusalén para acompañar a la Virgen en su lecho de muerte. Allí, en el año 42, fue torturado y decapitado por orden de Herodes Agripa I, rey de Judea. 

Según los testamentos, antes de morir, María recibió la visita de Jesús resucitado, quien le pidió pasar los últimos días rodeadas de los apóstoles. A través de apariciones milagrosas, ella fue avisó a los discípulos y, de esta forma, se hizo presente sobre un pilar de Zaragoza frente al apóstol Santiago y los siete varones, episodio hoy venerado en la basílica de Nuestra Señora del Pilar.

Según la leyenda, fueron estos siete discípulos los que, tras escaparse aprovechando la oscuridad de la noche, trasladaron el cuerpo del apóstol Santiago en una barca hasta Galicia. Los varones depositaron el cuerpo de su maestro en una roca, que fue cediendo hasta convertirse en un Sarcófago Santo, para visitar a la reina Lupa.

La poderosa monarca dominaba desde su castillo las tierras donde ahora se asienta Compostela, y los varones le solicitaron las tierras para sepultar a Santiago. La reina los acusó de pecar de soberbia y los envió a la corte de Dayos, rey vecino de Lupa y enemigo de los cristianos, que terminó por encerrar a los discípulos del apóstol.

Sin embargo, según la tradición cristiana, una serie de milagros permitieron la liberación de los discípulos y, en su huida, un nuevo milagro acabó con la vida de los soldados que corrían tras ellos al cruzar un puente. 

Por último, el amansamiento de los toros salvajes impidieron llevar el el carro que transportaba el cuerpo de Santiago a Compostela. Lupa se rindió a los varones, cedió al cristianismo y decidió enterrar al apóstol en lo que hoy se conoce como la Catedral de Santiago. Detrás del Camino de Santiago se esconde esta gran historia relacionada con Santiago Apóstol y que es tan poco conocida entre los peregrinos. 

Son muchas las leyendas que se esconden tras el apóstol y, lo mejor para descubrirlas, es realizando el Camino de Santiago por las rutas Jacobeas.

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